Como decían los míticos "Siniestro Total": La familia es la célula de la sociedad moderna, aunque sea cancerígena desde la Edad de Piedra.
Y es que me he dado cuenta de que todas mis películas, en cierta manera, se inscriben dentro de un marco familiar. Relaciones paterno filiales, entre hermanos o maritales son un magnífico caldo de cultivo para situaciones terroríficas. Es curioso: puedes pasar muchísimos años conviviendo con tus padres o hermanos y, de pronto, un día te das cuenta de que a penas los conoces... y que ellos a penas te conocen a ti. Porque en la vida puedes escoger (en mayor o menor medida) a las personas con las que vas a pasar tu tiempo: amigos e, incluso, compañeros de trabajo... Pero la familia es OBLIGATORIA.
El choque, casi siempre, es inevitable.
Y es que la familia es una cosa extraña: cuando naces, te encuentras rodeado por un grupo de personas totalmente desconocidas y te obligan a convivir con ellos. Hay muchas posibilidades de que esa gente no te caiga bien.
En estas circunstancias de conflicto constante y desconfianza, si añades algún elemento externo (peligroso y/o sobrenatural, como un asesino en serie, zombies, monstruos o fantasmas), el terror puede crecer como un tumor con ganas de metastizarse. La famila puede ser el origen o el objetivo de las fuerzas del mal, pero el ambiente familiar hará que las situaciones extremas nos resulten más cercanas... Porque, de un modo u otro, todos tenemos familia.
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